WILLEMS, Mo

WILLEMS, MoAutores
 

Ilustrador norteamericano. 1968-. Creció en Nueva Orleans. Licenciado en Bellas Artes. Dibujante de cómic, escritor y animador de la serie Barrio Sésamo. Director y creador de cortos de animación para televisión. ¡No dejes que la Paloma conduzca el autobús! fue su primer libro para niños.


¡No dejes que la Paloma conduzca el autobús!
Barcelona: Entrelibros, 2004; 36 pp.; trad. de Alberto Jiménez Rioja; ISBN: 84-933883-4-3.

Antes de marcharse por un rato, el conductor del autobús pide a los lectores que no dejen que la Paloma conduzca el autobús. La Paloma se queda sola frente al lector-interlocutor y, en sucesivas escenas, intenta convencerle de que le deje hacerlo: razona, trampea, se queja, intenta negociar, y, finalmente, su enfado estalla explosivamente.


¡La paloma encuentra un hot dog!
Barcelona: Entrelibros, 2005; 36 pp.; trad. de Alberto Jiménez Rioja; ISBN: 84-96517-055.

Esta vez la Paloma no quiere compartir su «hot dog» con un insistente Patito.


Knuffle Bunny. A cautionary tale
New York: Hyperion Books, 2004; 36 pp.; ISBN: 978-0-7869-1870-9 [Vista del libro en amazon.es].

Trixie, una niña que casi no sabe hablar, va con su padre a la lavandería. Cuando vuelven a casa, Trixie se da cuenta de que su conejito de peluche se ha quedado en la lavandería por lo que comienza a llorar y balbucear furiosa y ruidosamente. Al llegar a casa, su madre comprende lo que ocurre y los tres vuelven a la lavandería.


Knuffle Bunny Too. A Case of Mistaken Identity
London: Walker Books, 2007; 48 pp.; ISBN: 978-1-4063-1382-6 [Vista del libro en amazon.es].

Trixie va al colegio por primera vez y lleva a Knuffle Bunny. Allí ve que otra chica, Sonja, lleva un peluche igual y se pelean. La maestra las separa y les quita los peluches hasta que, cuando salen, se los devuelve. Pero, por la noche, Trixie se despierta y se da cuenta de que no es a Knuffle Bunny a quien le han devuelto…



En los álbumes protagonizados por la paloma cada escena contiene un dibujo minimalista muy expresivo, con anchas líneas negras de contorno y sombras en azul y amarillo, y donde lo más característico de la paloma son dos grandes ojos redondos. Por su capacidad de presentar sentimientos de modo tan sintético, tanto gráficamente como en el contenido de su historia, podemos ver al autor como un discípulo aventajado en la escuela de su admirado Charles SCHULZ. En su caso confiesa que la opción de usar dibujos bidimensionales en alguien que, como él, es un creador de dibujos animados, tiene su razón de ser, además de que así se pueda lograr un enfoque más claro y más concentración expresiva, en que si se planteara realizar un dibujo tridimensional inmediatamente pensaría en usar un programa de animación en 3D.

El primer álbum refleja bien un aspecto del comportamiento manipulador de algunos niños cuando se han encaprichado con algo. Atrae a los adultos por su calidad gráfica y por su forma inteligente y amable de presentar las travesuras infantiles como, por ejemplo, lo hace ¡No, David! de David SHANNON. Atrae a los niños porque pueden verse reflejados, a sí mismos o a sus compañeros, en su modo de reaccionar cuando se les niega un capricho. A la vez, como ellos también dirían que no a la tramposa Paloma, les sirve para comprender a sus padres cuando les niegan algo. El golpe final, semejante por ejemplo al de Pato va en bici, también de David Shannon, es excelente.

El segundo álbum aplica la misma fórmula, gráfica y argumental, pero el autor ha forzado el mensaje y resulta más artificial. Con todo, es igualmente simpático.

Los álbumes de Knuffle Bunny y Trixie —inspirada en la hija del autor, que se llama igual—, muy distintos en su confección a los anteriores, se basan en relatos de argumento simpático y realista, y tienen unos personajes bien caracterizados. Es notable la composición gráfica: sobre fotografías en blanco y negro —de casas y calles de Nueva York, de interiores de la lavandería o del colegio— aparecen las figuras dibujadas de los protagonistas. Las palabras, a veces, van en globos de texto. Las historias se cuentan con bastantes pormenores y en ambas hay guiños a la caprichosa paloma de los álbumes previos del autor.

Otros álbumes:
—de la serie Elefante y Cerdita: ¿Puedo jugar?, ¡Estamos en un libro!, ¡Hoy voy a volar!, Mi amigo está triste, ¡Mira cómo lanzo la pelota!, ¿Y si comparto mi helado?;
—de la serie de La paloma: ¡La paloma necesita un baño!, No dejes que la paloma se acueste tarde.


28 enero, 2006
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