Firma de la ilustradora italiana Gabriela Ferrano. 1931-2014. Nació y falleció en Milán. Estudió Bellas Artes pero declaraba ser autodidacta. Autora de álbumes ilustrados, algunos ella sola y otros con su marido, el diseñador Enzo Mari. Profesora en la Escuela de Diseño de Milán.
Un globo rojo se transforma, a lo largo de las páginas, en distintas cosas: una manzana, una mariposa, un paraguas..
Ilustraciones sucesivas que van mostrando el ciclo de la alimentación y el del huevo y la gallina.
A partir de las tres primeras ilustraciones, en las que se ve un corte transversal de una manzana dentro de la cual un huevecillo alojado en ella se transforma en gusano y abandona la fruta, se sigue todo el proceso de su evolución hasta ser una mariposa que vuelve a dejar otro huevecillo en el capullo de una próxima manzana.
La misma escena en todas las dobles páginas. En la primera, un árbol sin hojas en un paisaje nevado. Luego, el mismo árbol con distinto colorido según el transcurso de las estaciones. Una ardilla hiberna, se asoma, sube al árbol y al final vuelve a su madriguera. Unos pájaros vienen, se instalan en el árbol y luego se van con sus crías. Alrededor, la hierba y los arbustos crecen primero y luego menguan.
La forma circular y puntiaguda de un erizo de mar se transforma una y otra vez hasta que vuelve al final a ser la misma.
Historias con la misma estructura circular, en las que la ilustración de una página conduce a la siguiente. Son álbumes con diseño y edición cuidados, basados en estudios acerca de la percepción visual de preescolares. La secuencia de ilustraciones es perfecta, están medidos los cambios de proporción, el uso del color es siempre apropiado. Unos son más ejercicios de imaginación e ingenio, y otros buscan proporcionar también informaciones básicas sobre la vida. Todos agudizan la capacidad de observación física y enriquecen el mundo conceptual del lector. Son fáciles para los chicos a los que van destinados por su economía de trazos y porque las figuras se suelen presentar aisladas sobre fondos blancos. A la vez, atraen al adulto por la inteligencia de su concepción y por su categoría gráfica. Los cuatro primeros no tienen texto, el quinto sí tiene unos brevísimos textos descriptivos que dan nombre a las imágenes.
