FINNEY, Jack

FINNEY, JackAutores
 

Escritor norteamericano. 1911-1995. Nació en Milwaukee, Wisconsin. Trabajó en una agencia de publicidad en Nueva York antes de trasladarse a California en los años cincuenta. Publicó algunos relatos cortos y novelas antes de Ahora y siempre, que fue un libro de gran éxito en los EE.UU. Falleció en Greenbrae, California.


Ahora y siempre
Barcelona: Ediciones B, 1997; 462 pp.; col. Orient Express, histórica; trad. de Antoni Puigrós; ISBN: 84-406-7341-8. Agotado.

Nueva York, años setenta. Simon Morley, dibujante publicitario, es reclutado para una misión secreta: participar en un proyecto gubernamental que intenta colocar hombres en determinadas fechas del pasado. Las distintas pruebas que le hacen dan como resultado que tiene unas condiciones excepcionales para ese trabajo y, en efecto, logra viajar a la Nueva York de 1882. Cuando los experimentos muestran que tales actuaciones en el pasado pueden alterar el futuro y el jefe del programa, el doctor Denziger, propone detenerlo, los políticos al cargo deciden continuar. Simon, a pesar de estar de acuerdo con las razones del doctor Denziger, decide volver: se ha sentido atraido por una chica de aquella época.



Después de un gran arranque, que presenta de forma intrigante cómo es reclutado Simon Morley, cuáles son las primeras pruebas a ciegas que se le hacen para ver sus cualidades y cómo se le van dando unas progresivas explicaciones…, la novela pierde un poco de fuerza. Esto se debe a que son muy detallistas las descripciones del Nueva York del pasado, se multiplican los dibujos del protagonista y abundan sus paseos admirados por las calles de aquella Nueva York, sin que falten textos de los periódicos de la época. El resultado es que un lector que conozca Nueva York o que domine un poco la época se siente atraído pero el que no puede terminar un poco cansado. Así, Julia Charbonneau cuenta la impresión que le produjo una conferencia de Oscar WILDE a la que asistió, Simon visita un día el edificio de aduanas para ver el rótulo en la puerta del inspector que fue Herman MELVILLE, los huéspedes de la pensión donde se aloja Simón discuten sobre la novela Ben-Hur, etc.

En cualquier caso, el autor hace que todas las piezas de su historia encajen y eso se debe también a una reconstrucción meticulosa de lugares y ambientes, que contribuye a dar verosimilitud a lo imposible y nos hace pasar por alto que, según avanza la novela, los pasos entre presente y pasado se vuelven muy fáciles. Además, el relato tiene interés por la discusión final entre científicos y políticos al cargo: «No es cierto que debamos seguir haciendo algo sólo porque hemos descubierto que somos capaces de hacerlo», dice Danziger, subrayando que «no hay análisis posible para un riesgo calculado», el argumento que le dan para que acepte. Al final, el coronel Esterhazy impone sus criterios: «No se gastan miles de millones en preparar a un hombre para colocarlo en la luna y luego se decide no hacerlo».


10 enero, 2008
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