LEE, Suzy

LEE, SuzyAutores
 

Ilustradora coreana. Nació en Seul. Estudió pintura en Seul y en Londres. Autora de varios libros muy premiados. Vive en Singapur.


Zoo
Madrid: Los Cuatro Azules, 2010; 36 pp.; trad. de Mercedes Yi Hyekyung; ISBN 13: 978-84-937295-4-7. [Vista del libro en amazon.es]

Una niña va con sus padres al zoo. La primera ilustración muestra la gente a la entrada. En la siguiente se la ve dentro, en los hombros de su padre y con un globo en la mano, y el texto dice: «Hoy he ido con papá y mamá al zoo». Luego cuenta, y las ilustraciones enseñan, lo que van viendo, hasta que algo pasa: en unas imágenes, en blanco y negro, lo que la niña dice no es exactamente lo que sus padres hacen, y, en las siguientes a esas, sin texto y ya en color, más o menos tiene lugar lo que la niña dijo en la doble página previa.


Espejo
Cádiz: Barbara Fiore, 2008; 40 pp.; ISBN: 978-84-936185-6-8. [Vista del álbum en amazon.es]

Niña que se mira en el espejo y juega delante de él. A un lado y otro de la línea que separa las dos páginas vemos a la protagonista y a su imagen, iguales al principio…


La ola
Cádiz: Barbara Fiore, 2008; 40 pp.; ISBN: 978-84-936185-4-4. [Vista del libro en amazon.es]

La primera escena muestra una madre que va con su hija pequeña a la playa y luego ya vemos todo el álbum a la niña jugando frente a las olas: en la izquierda la niña, en la derecha las olas… La última escena es la madre con la niña, yéndose.


Sombras
Granada: Barbara Fiore, 2010; 40 pp.; ISBN: 978-84-937506-5-7. [Vista del libro en amazon.es]

Formato apaisado con el canto de la encuadernación en la parte superior. En las guardas iniciales, en negro, una palabra en la parte superior: «¡Click!». En la siguiente doble página, en la parte superior vemos una niña, rodeada de objetos, en lo que parece ser una especie de desván; en la parte inferior vemos las sombras de todos esos objetos. A continuación, la niña empieza a moverse y jugar con los objetos y, lógicamente, también las sombras de abajo van moviéndose. Pero, poco a poco, ambas áreas se mezclan y llega el colorido. Cuando suena un fuerte y lejano «¡…A cenar!», la niña deja sus juegos y apaga la luz. Pero…



Zoo es un álbum cuya composición en dos planos recuerda Come away from the water, Shirley, y cuyo toque final, ¡en la contracubierta!, es como el de El Expreso Polar o Mi dinosaurio, una prenda de que lo vivido no fue un sueño. También, como en un álbum posterior, Sombras, habla de la riqueza del mundo imaginativo de un niño, y como en La ola también queda implícito que un niño puede jugar libremente si, al fin, sus padres están allí. Además, naturalmente, indica el entusiasmo que un niño puede sentir más por la naturaleza real que por la enjaulada, por más que pueda comprender mejor la primera gracias a la segunda.

Los otros tres álbumes son algo distintos porque no tienen texto con palabras y porque, tal vez debido a sus argumentos algo más sencillos y a su aparente simplicidad compositiva, tienen una mayor capacidad de llegar al corazón. Pero también en ellos la autora demuestra un talento particular para sacar una buena historia de un incidente pequeño y para exprimir al máximo los rasgos propios del álbum ilustrado como medio propio.

Las ilustraciones son dibujos a carboncillo sobre fondo blanco, que están llenos de dinamismo y captan muy bien los movimientos y miradas y sentimientos de las protagonistas, y acuarelas encima de los dibujos, en tonos naranja en Espejo, en tonos azules en La ola, en el amarillo de la luz incandescente en Sombras. Se usa el paso de página y la doble página para estructurar las ilustraciones y las historias. En Espejo son extraordinarias las dobles páginas finales de la ruptura del espejo, como lo es por otros motivos la doble página central en blanco. En La ola resulta magnífico el cambio del cielo, de blanco a azul, cuando la ola ha traspasado el centro de la doble página. Sombras, que tiene como protagonista a la misma niña, está gráficamente muy bien pensado pues, desde que se abre hasta que se cierra, en ambos casos con un «¡Click!», encajan bien todos los pasos.

Espejo habla del momento en que una niña deja de serlo y percibe que su yo real y su imagen van por caminos diferentes; es interesante pensar que la última imagen podría mostrar sentimientos opuestos… La ola puede leerse como una metáfora del gozo y del riesgo propios del conocimiento del mundo, que se puede abordar con seguridad gracias a la presencia de una madre detrás, a la que no se ve más que al comienzo y al final. El argumento de Sombras se puede alinear con Donde viven los monstruos por la forma en que la protagonista entra en su propio mundo imaginativo, y con las historias en las que los juguetes cobran vida propia cuando nadie les ve. Además, incluso más que La ola y Espejo, puede presentarse como una historia de las que captura muy bien el abandono entusiasta con el que un niño se deja llevar por los juegos que crea con su imaginación.

Otros álbumes: El pájaro negro; Pintores, con texto de Seung-yeoun Moon; Pregúntame, con texto de Bernard Waber; Líneas.

Otro libro de la autora sobre su trabajo es La trilogía del límite.


17 noviembre, 2008
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