Härtling, Peter

Härtling, PeterAutores
 

Escritor alemán. 1933-. Nació en Chemnitz. Autor de poesía, cuentos y novelas. Fue director de una editorial y trabajó como colaborador en la prensa. Decepcionado por los libros que sus hijos leían, empezó a escribir para chicos en 1973 y fue uno de los iniciadores en su país de una nueva corriente realista en la literatura infantil.


La abuela
Madrid: Alfaguara, 2002, 2ª ed., 18ª impr.; 112 pp.; col. Infantil naranja; ilust. de Ingrid Mizsenko; trad. de Víctor Canicio; ISBN: 84-204-4768-4.

El subtítulo del libro cuenta el argumento: «Esta es la historia de Karli que perdió a sus padres y fue recogido por la abuela». Cuando mueren sus padres y él tiene cinco años, Karli se va a vivir con su abuela. Poco a poco van comprendiéndose mejor. Karli verá cómo es la vida cuando ve las limitaciones de su abuela y cuando visita con ella a los ancianos de un asilo: «La vejez, Karli, se vuelve terrible cuando una, de tener tantos viejos alrededor, deja de ver la vida. Eso es todo. El mundo tiene miedo de los viejos, Karli. Y tú, también».


Muletas
Madrid: Alfaguara, 1993, 7ª ed.; 142 pp.; col. Juvenil Alfaguara; ilust. de Sophie Brandes; trad. de Margarita O´Neill; ISBN: 84-204-4556-8.

Años 1945 y 1946. Thomas Schramm, casi trece años, está perdido en Viena, cuando se ha separado de su madre y encuentra destruida la casa de su tía Wanda. Entabla relación con un hombre cojo, Muletas, con el que sentía «una tranquilidad y una seguridad especiales». Muletas le guía, lo protege, da los pasos necesarios para que pueda reencontrarse con su madre, y regresa con él a Alemania.



El estilo de Härtling es áspero y seco, pero también transmite calidez y riqueza de matices. Se nota en La abuela, una narración en la que, aunque se narran los sucesos desde la mirada de Karli, que aprende de su abuela, incluye al final de cada capítulo párrafos en boca de la abuela, que hacen notar también cómo ella ve al chico como su mejor medicina para superarse y dar lo mejor de sí misma. En esta y en otras novelas, el autor alemán procura tratar sin paternalismo al niño: la abuela llama Karli a Karli «y nunca hombrecito, jovenzuelo y monada. Le tomaba en serio».

Con Muletas, Härtling quiso hablar de su infancia, mostrar el mundo de miseria de la posguerra y los sentimientos contradictorios que le inundaban entonces, hacer notar que la bondad existe y que las personas pueden ayudarse unas a otras en condiciones extremas, contribuir también a que las jóvenes generaciones fueran conscientes del sufrimiento que supone una guerra. De nuevo, el aprendizaje tiene una doble dirección: si Thomas se deja guiar por Muletas, también llegará un momento en el que, a causa de la malaria que sufre, tendrá delante «un Muletas nuevo para Thomas: un hombre indefenso que necesitaba a los demás».

Otros libros: Hola, abuelo. Querida nieta, Djadi, el niño refugiado.


27 febrero, 2013
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