JOHANSEN, Hanna

JOHANSEN, HannaAutores
 

Escritora suiza. 1939-. Nació en Bremen. Estudió Germanística y Pedagogía. Traductora de obras inglesas al alemán, comenzó a escribir para niños cuando sus hijos eran pequeños. Ha publicado algunos relatos con el seudónimo de Hanna Muschg.


Historia del pequeño ganso que no era bastante rápido
Madrid: Espasa, 1990; 107 pp.; col. Austral Juvenil; ilust. de Kathi Bhend; trad. de Amalia Bermejo; ISBN: 84-239-7130-9.

Desde que nace, todo son dificultades para el ganso protagonista: es el último en romper el huevo, es el más tardón en llegar a todas partes. «“Yo no sé por qué soy siempre el último”, pensaba el pequeño ganso. Pero por qué no. Alguien tiene que ir detrás. Ya se iba acostumbrando a que fuera así y empezaba a encontrarlo divertido». Pero una noche del largo y cansado camino hacia el Sur, el pequeño ganso tuvo un sueño en el que oyó contar historias a los gansos, «y la más bella historia era la del pequeño ganso que no era bastante rápido y, a pesar de de ello, pudo salvar a los demás porque estaba siempre tan atento».



La autora es experta en relatos sobre animales. En ellos muestra conocimiento de sus costumbres y talento para describirlas con simpatía, humor y viveza. Así, por ejemplo, cuando el gansito busca desesperadamente a su madre en medio de una muchedumbre de gansos, el lector siente su mismo alivio cuando logra dar con «la voz exacta, la cara exacta y la madre exacta», y, afirma el narrador, el pequeño ganso «levantó la cabeza hacia su madre y olvidó su miedo y su desconcierto». Aumentan el valor del libro unas magníficas ilustraciones que no sólo complementan sino que se integran con perfección en el texto.

Un guía más comprensivo que la vieja Okka

En la emigración de los gansos hacia el sur hay como una nueva versión de una famosa escena de El maravilloso viaje de Nils, de Selma LAGERLÖFF, aunque aquí el ganso-guía demuestra más comprensión que la vieja Okka.

El pequeño ganso se atrasa y debe hacer un gran esfuerzo para alcanzar la bandada de sus padres y hermanos, que «volaban más despacio esperando que el pequeño ganso ocupase otra vez su sitio.

—Siempre tenemos que esperar por ti —dijeron.

—Quién sabe si esto sirve para algo —dijo el pequeño ganso.

—Para qué va a servir —dijo el ganso que volaba delante y marcaba la dirección a los demás».

Más adelante vuelven las dificultades. Los gansos suben mucho y, cuanto más ascienden, el viento es más fuerte. A todos les cuesta seguir, «pero al pequeño ganso todavía le parecía que volaban deprisa. Se esforzaba para no quedarse atrás, pero no lo conseguía. Luchaba con el viento. Por más que se apresuraba, la distancia hasta los demás se fue agrandando. El pequeño ganso no era bastante rápido». De nuevo le aguardan, de nuevo el pequeño ganso les alcanza.

«—Gracias —dijo el pequeño ganso.

—Siempre tenemos que esperar por ti —dijeron los otros.

—Quién sabe si esto sirve para algo —murmuró el pequeño ganso.

—Para qué va a servir —dijo el ganso que volaba delante».

Pero nadie pudo entender ni una palabra. Pues en ese momento…

Otro libro: El pes, ilustrado por Rotraut Susanne BERNER.


9 septiembre, 2014
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