Escritora española. 1943-. Nació en Madrid. Ha realizado estudios de Filología, Historia del Arte, Pintura y Música. Traductora. Autora de varios libros infantiles y juveniles, el primero en 1964.
El aprendizMadrid: Rialp, 2004, 12ª impr.; 138 pp.; col. El roble centenario; ilust. de
Juan Ramón ALONSO; ISBN: 84-321-2532-6.
Florencia, años del Renacimiento. Arduino, un chico de catorce años hijo de un sastre, sueña con ser pintor. Su padre lo emplea como aprendiz en el taller de Cósimo de Forli. Allí la vida no es fácil: el maestro es muy celoso de su arte, los otros aprendices lo ven como un rival, a él le caen los encargos más molestos… La vida cambia el día que descubre cuál es el misterio del desván, y cuando más adelante llega el duque de Algora con un encargo importante para el taller.
Pálpito de solMadrid: Anaya, 2001; 123 pp.; col. Senderos de la historia; ISBN: 84-667-0511-2.
El Escorial, 1587. A Felipe II le regalan un relicario de gran valor. Flavio Orsini, un joven ayudante del orfebre del rey, Jacopo Trezzo, siente auténtica obsesión por esa pieza y fuerza que varios amigos suyos le faciliten llegar a ella. El paje Laín, el bufón Beltranillo, el novicio Nicolás, y la dama Blanca de Cervera, organizan una complicada operación para que Flavio pueda ver el relicario durante la noche.
El aprendiz es un buen ejemplo de narración sobria y creíble, que convence y anima y hace pensar. Con las pinceladas justas para captar el ambiente, la autora se centra en comunicar al lector los miedos e ilusiones de Arduino, con lo que tensa el hilo de la historia, perfila con nitidez a los personajes y hace comprensibles sus motivaciones, desprende del relato con naturalidad un mensaje de libertad interior y de lucha por conseguir las propias metas.
De igual modo actúa en Pálpito de sol, una narración literariamente cuidada, ficticia pero ambientada con fidelidad en el escenario de pasillos y patios del monasterio de El Escorial. Con lenguaje rico y descripciones poéticas, la escritora presenta en este caso una pequeña intriga protagonizada por unos personajes cuyas inquietudes interiores están bien plasmadas. Después de una brillante alocución ante Felipe II, el narrador expone así el encanto que irradia la figura de Flavio y que impulsó a sus amigos a jugarse sus puestos por él: «Una voz teñida de resonancias, unos ojos capaces de saltar todos los resortes, una presencia que refleja el sol, un misterioso pasado, un incierto futuro, un extraño caballero sin aventura que inventa aventuras en cada corazón».
26 noviembre, 2008
