SHULEVITZ, Uri

SHULEVITZ, UriAutores
 

Ilustrador polaco-israelí-norteamericano. 1935-. Nació en Varsovia. Pasó en Kazakstán y en París varios años de su infancia y adolescencia. Se trasladó luego a Israel y, con 24 años, a los EE.UU. Estudió Magisterio y luego Arte. Profesor de arte.


Un lunes por la mañana
México: Fondo de Cultura Económica, 2004; 41 pp.; col. Los especiales de A la Orilla del Viento; trad. de Andrea Fuentes Silva; ISBN: 968-16-7362-X.

Una reina y un príncipe visitan a un niño, en su casa de un barrio neoyorquino, un lunes por la mañana, pero él mismo dice al lector «yo no estaba en casa». Van volviendo en días sucesivos, cada día con un acompañante nuevo, pero el niño nunca está en casa cuando llegan.


El tesoro
Nueva York: Farrar, Straus and Giroux – Mirasol libros juveniles, 1991; 30 pp.; trad. de Maria Negroni; ISBN: 0-374-47523-7.

Un tipo tiene un sueño acerca de un tesoro enterrado debajo de un puente, cerca del Palacio Real, en la capital del reino. Como el sueño se repite tres veces, allá va. Cuando merodea por el lugar y un capitán de la guardia le pregunta qué hace, le cuenta la historia. El capitán se ríe y le dice que también él ha tenido el mismo sueño, pero en su caso el tesoro estaba en casa de un hombre como él… El tipo se vuelve entonces a su casa, excava en ella, y encuentra el tesoro.


Snow
New York: Farrar, Straus and Giroux, 2004; 32 pp.; ISBN: ISBN-13: 978-0374468620. [Vista del libro en amazon.es]

Un niño ve que comienzan a caer copos de nieve y hace sus planes sin hacer caso a lo que dice la gente, de que son solo unos copos, ni a la radio y a la televisión, que insisten en que no nevará.


Cómo aprendí geografía
Madrid: SM, 2008; 32 pp.; trad. de Teresa Tellechea; ISBN: 978-84-675-2870-1.

Relato basado en los recuerdos de la infancia del autor: sus padres huyeron con él poco antes de que comenzara la segunda Guerra Mundial y vivieron unos años en el actual Kazajkstán, en una pobre habitación que compartían con otras personas. Cuando un día su padre volvió a casa con un enorme mapa en vez de comida, él y su madre se quejaron con amargura, pero más tarde el mapa se convirtió en un enorme acicate para su imaginación.



Las ilustraciones de Shulevitz son acuarelas realistas y sugerentes, aparentemente sencillas pero siempre sutiles: dicen más de lo que a primera vista se ve. En los cuatro casos están muy bien resueltas las secuencias de imágenes con las que se cuentan los argumentos: el autor sostiene que los álbumes deben pensarse a partir de las imágenes y no a partir de la narración con palabras.

Un lunes por la mañana es un relato intrigante basado en, pero no igual a, una canción popular francesa en la que se van enumerando todos los días de la semana, y que aquí va incorporando personajes y palabras nuevas según progresa. Las figuras y los escenarios recuerdan los de los primeros álbumes de Maurice SENDAK de los años sesenta. Menos al principio y al final se alternan dos ilustraciones cada doble página, una del narrador y otra de la familia real, con una que ocupa la doble página; y según avanza la historia los personajes se ven cada vez más cerca. También las ilustraciones cambian de colorido, e incluso de fondo y de marco, cuando aparece la familia real.

La historia de El tesoro, que tiene visualmente unos inequívocos aires judío-centroeuropeos, está basada en un viejo cuento popular inglés que recuerda que con frecuencia los mejores tesoros los tenemos tan cerca que no los vemos. Las ilustraciones van recuadradas y los textos van con frecuencia en medio de la página en blanco.

Snow transmite la magia y el sentido de maravilla que hay en la mirada de un niño, al modo en que lo hace Sendak, o Un día de nieve y sus secuelas, de Ezra Jack KEATS. Además, el triunfo final del niño sobre las profecías adultas le da una gran conexión con el lector pequeño. Las ilustraciones buscan y consiguen transmitir la transformación silenciosa de un mundo que va pasando del gris al blanco.

Cómo aprendí geografía está dentro de la tendencia de no pocos ilustradores actuales a convertir sus vidas en historias autobiográficas pero, dentro de su seriedad y en contraste con muchas, esta tiene una decidida orientación hacia el lector niño. Si para el niño protagonista el mapa fue como una forma de viajar a otros mundos, y eso se revela en que los marcos de algunas ilustraciones desaparecen, para el niño lector el álbum puede ser también como una llave que le abra puertas a mundos desconocidos. Al final hay una explicación del autor sobre lo que se cuenta en el álbum.

Otro álbum: Cuando me visto de marinero.


23 noviembre, 2009
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